Texto. Halputta

Recibido en nuestro correo, enviado por “Bowlegs”

El caimán es un cazador nocturno. Durante el día, la mayoría de las veces se le ve con sus cabeza apenas afuera del agua, descansando. Pero cuando se cae el sol, empieza a cazar. Caza indiscriminadamente, casi como una “maquina” dirán algunos tontos. Pero se equivocan, las mandíbulas fácilmente pueden romper una pierna o un brazo o más, su cola la mueve rápidamente en el agua buscando la presa, sus poderosas garras se mueven en la tierra, todo esto es la fuerza de la Naturaleza. Si se ve algo moviendo en la orilla, lo acecha, lo ataca, lo muerde, lo lleva bruscamente al agua, lo ahoga, y finalmente lo devora. Sin importar lo que sea, tal vez si se da cuenta que no se le antoja, lo deja, pero siempre ataca primero, muerde primero, y después decide consumir o no. El caimán hace lo que el caimán hace, no puede hacer nada más. Todo el razonamiento del mundo no lo puede cambiar.

 

Los pueblos que se formaron alrededor de las aguas de los caimanes sabían muy bien como son. Los reverenciaban, con uno de los dueños de las aguas. Los hiper-civilizados, con su soberbia y su ignorancia, pretenden que la Naturaleza debe inclinarse hacia su voluntad. Pero después son descuidados, se sienten seguros, y la Naturaleza otra vez ataca.

Eso pasó en el “Reino Mágico”, en lo que ahora se conoce como el estado de Florida en los Estados Unidos. Una familia de Nebraska, un estado en el interior sin litoral, pensaba dejar a su bebe de 2 años que jugara en la orilla de un lago cerca de su hotel, alrededor de las 21 horas. Por supuesto, los caimanes estaban cazando, y al bebe le tocó ser la presa. El papá vio al caimán garrar a su hijo, luchó con él, pero no podía hacer nada. El caimán se llevó a su hijo y no lo comió. Lo dejó en el agua, ahogado y muerto, una tragedia para la familia joven del interior que estaba de vacaciones en Disneylandia con su hijo. Los civilizados, por pura venganza vestida de “seguridad” mataron al caimán, después otro y otro buscando al culpable, al criminal, el animal delincuente que se atrevió a seguir su naturaleza feroz, caiga quien caiga. Aún no están seguros si atraparon el malhechor.

Cada salvaje en esas tierras, sabía que no debía estar cerca de la orilla en esa hora de la noche. Respetaba la hora del caimán, del puma, del oso, de la serpiente, y los demás animales que eran manifestación de la fuerza y el esplendor de la Naturaleza, la Vida y la Muerte. Todo lo Salvaje. Pero la familia “inocente” no, la familia “inocente” pensaba que su hijo estaba en una “bañera”, jugando en su casa con sus muñequitos. Era un tiempo de gozo y relajamiento que se convirtió en la venganza para la esclavitud de la Naturaleza. Así pagó el precio más alto el padre:

“En medio de la noche mató Yahvé a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde el primogénito del faraón, que se sienta sobre su trono, hasta el primogénito del preso en la cárcel…”

El eco-extremista es una manifestación de la Naturaleza, no tan perfecto como el caimán, claro. Es un ser rechazado, un producto defectuoso y mal hecho de la sociedad tecno-industrial. Por eso no respeta sus leyes, su horario, su orden. Ataca como el caimán y después se esconde en las oscuridades de las urbes apestosas como un caimán se esconde en el agua pantanosa, acechando. Y sobre todo, es indiscriminado. Cuando le toca a la presa, le toca, no hay remedio. No es que no tenga “libre albedrío”, que es francamente un chiste. La civilización no nos da elección, es un asunto que se acepta completamente o te clasifican como un delincuente, un criminal, un perverso. Bueno, el eco-extremismo rechaza la elección falsa del sistema tecno-industrial. La única elección que se le ofrecerá es el ataque, el fuego, la muerte, aun de los “inocentes”.

Que los hiper-civilizados, aun los más progresistas, aun los más “anti-autoritarios” tiemblen, que se mueran de asco pensando en los actos indiscriminados de los eco-extremistas. Como los caimanes, no se les puede cambiar. Es una cuestión de cazar o ser presa, a veces le toca serlo a uno, a veces el otro.

Animo, siempre ha sido así.

Buena suerte.

-Bowlegs

çaiman

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